Las experiencias colaborativas y de gran éxito como Uber, Blablacar y Airbnb han hecho florecer iniciativas de negocio en sectores que, hasta ahora, parecían intocables. El área de los seguros, una zona tan gris como rutinaria, se empieza a sumar a esta ola
El sector del seguro aún no ha dado el paso definitivo en su apuesta por la economía colaborativa, pese a que algunas startups proponen desde hace años varias soluciones, como los seguros colaborativos, que permiten ahorrar en el importe de la prima compartiendo los riesgos con otros usuarios. Crowdsurance deriva del concepto de Crowdsourcing, y lo entendemos como la unión de personas en comunidad para minimizar sus posibles riesgos financieros en el caso de accidente o pérdida. Así, la naturaleza del crowdsurance implica la recolección de fondos de reserva de las contribuciones de los miembros de la comunidad, y funciona como un sistema en cascada de grupos, es decir, tiene como principal objetivo que los fondos recolectados por una comunidad determinada sirvan como garantía de compensación ante pérdidas inesperadas.
Estrechamente ligado a este concepto tenemos el de Seguros P2P. En este caso, se trata de plataformas que ofrecen seguros a los que se adhieren personas con similares intereses (unidos por el mismo tipo de póliza) y, a final de año, se reparte un bono con el dinero que ha sobrado de ese fondo después de pagar todas las reclamaciones que han tenido lugar.
¿En qué consiste la diferencia entre Crowdsurance y Seguros P2P? Como hemos comentado, pese a ser seguros con muchos puntos en común, como es el caso de la unión y colaboración entre personas con unos mismos intereses, podemos marcar la principal disparidad en sobre quién recae el riesgo. A continuación mostramos los máximos exponentes.